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BBVA en 2013

Entorno macroeconómico y sectorial

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El tono de la economía europea ha ido mejorando a medida que transcurría el año 2013. Aunque en términos interanuales el PIB ha descendido un 0,4%, a finales del ejercicio se han vuelto a registrar tasas de crecimiento positivas. Un rasgo favorable a destacar del proceso de recuperación europea es que no sólo se ha limitado a los países centrales, sino que también los periféricos han visto mejorar su actividad gracias al menor drenaje provocado por el proceso de consolidación fiscal y a que las tensiones financieras se han mantenido muy contenidas, a pesar de la existencia de diversos factores que podrían haber generado un repunte en las primas de riesgo soberanas. Entre ellos caben mencionar: inestabilidad en algunos gobiernos del sur de Europa, dudas sobre la necesidad de prorrogar ciertos programas financieros (en parte compensadas por la finalización de los programas español e irlandés) y problemas en la gestión del programa financiero de Chipre.

Por lo que respecta a su sector bancario, tal y como ha quedado explicado en el apartado de Entorno económico, sectorial y regulatorio, los responsables políticos europeos han continuado avanzando hacia la creación de la unión bancaria. En este sentido, el pasado 23 de octubre, el BCE publicó información sobre el proceso de evaluación integral de los balances de los cerca de 130 bancos que se supervisarán en la segunda mitad de 2014. Los resultados del ejercicio serán de gran importancia para despejar las dudas sobre la solvencia de la banca europea, recuperar la confianza de los inversores y cuantificar los problemas heredados de la crisis, que deberán solventarse a nivel nacional.

En Turquía, el ejercicio 2013 ha tenido dos semestres con escenarios macro muy distintos. Durante la primera mitad del año, la política de tipos más laxa por parte del Banco Central hizo que el bono a 10 años cayese a mínimos históricos, alrededor del 6,2%, y el crecimiento económico se reactivara, tras el suave aterrizaje experimentado en 2012. Este escenario, junto a las reformas estructurales llevadas a cabo, como la de las pensiones, allanaron el camino para la mejora de la calificación crediticia turca con Moody’s, que otorgó el grado de inversión al país, y Standar&Poors, que se quedó a un paso del mismo. El segundo semestre, en cambio, comenzó marcado por las protestas sociales y con los mercados internacionales anticipando una posible retirada de los estímulos de la Fed de Estados Unidos. Bajo esta coyuntura, aunque Turquía conservó el dinamismo en términos de PIB, los tipos de interés repuntaron, con el bono a 10 años sobrepasando la barrera del 10%. Lo anterior provocó una salida de capitales del país, retrocesos en su Bolsa y una importante depreciación de la lira turca, lo que llevó al Banco central de Turquía (CBT) a aplicar una política más restrictiva en cuanto al uso de reservas e inyecciones de liquidez. Ello, a su vez, encareció el coste de financiación de las empresas, en general, y del sector financiero, en particular. En este entorno, tanto el Gobierno como el CBT han apostado por una política encaminada a favorecer el ahorro y estimular el tejido productivo, a través de una serie de medidas que enfríen el crecimiento del crédito al consumo y promuevan la financiación a Pymes y a la exportación. Entre las más relevantes sobresalen: el aumento de provisiones genéricas para tarjetas de crédito y financiación al consumo (que se rebaja para los préstamos destinados a la exportación y para la financiación a Pymes), el incremento de la ponderación de riesgo en tarjetas de crédito y préstamos para la industria automotriz, menores vencimientos para la financiación al consumo o plazos más cortos de pago para tarjetas de crédito.

Dentro de este contexto, el sector financiero turco conserva unos niveles de capitalización sólidos y una rentabilidad alta, si bien el endurecimiento de las medidas de política monetaria y la evolución de los tipos de interés están presionando a la baja los márgenes de las entidades bancarias. En los últimos meses, los préstamos parecen empezar a moderar su tasa de crecimiento interanual, aunque sigue en niveles superiores al 20%, mientras que la captación de recursos continúa avanzando, pero a ritmos más moderados que los del crédito. Por último, no se observa empeoramiento de la calidad crediticia en el sector, cuya tasa de mora se mantiene contenida.

La economía de China en 2013 ha conservado una elevada tasa de crecimiento interanual, del 7,7%, similar a la registrada en 2012, pese al “bache” de la primera mitad del año. La aceleración del crecimiento durante la segunda parte de 2013 ha estado apoyada en ciertas medidas dispersas de estímulo fiscal y en un aumento de la confianza tras la disminución de la incertidumbre sobre las políticas económicas derivadas de la transición política en el país. Las nuevas autoridades siguen comprometidas con las reformas institucionales, pero también con el mantenimiento de los objetivos de crecimiento, y parecen más determinadas a afrontar algunos de los problemas de esta economía. En particular están tomando medidas para solventar las fragilidades financieras procedentes del llamado sector bancario en la sombra. Al respecto hay que destacar la auditoría realizada sobre las entidades financieras locales, así como los planes para liberalizar los tipos de interés, para la apertura a bancos extranjeros y para introducir un sistema de garantía para los depósitos.

El significativo crecimiento del crédito ha continuado en los últimos meses, a pesar de los esfuerzos que ha hecho el Gobierno por limitar los riesgos de un endeudamiento elevado, lo que ha provocado momentos de tensión de liquidez en el mercado interbancario. También se está observando un repunte moderado de la morosidad, más visible en los bancos pequeños y medianos, que tienen una mayor concentración en empresas de pequeña dimensión (y, por tanto, más vulnerables a un entorno económico menos favorable).

Por último, en cuanto al tipo de cambio, cabe destacar que durante la segunda parte del ejercicio la lira turca ha sufrido una intensa depreciación, frenada parcialmente por las medidas aplicadas por el CBT. Para facilitar una mejor comprensión de la evolución del negocio y de los resultados de esta área, las tasas de variación a continuación se referirán a tipos de cambio constantes, salvo que se indique explícitamente lo contrario.

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