En América del Sur, el crecimiento económico de la mayoría de los países de la zona (a excepción de Brasil) ha sido incluso algo mayor de lo anticipado, pese al progresivo deterioro del entorno exterior, dado el mantenimiento de los altos precios de las materias primas y la moderación, en la última parte del año, de las tensiones financieras. En este contexto, tanto el consumo como la inversión han seguido respaldados por la robustez de los mercados laboral y de crédito y por unas políticas monetarias todavía expansivas.
Por lo que respecta al sistema financiero de la región, se mantiene sólido en la mayoría de los países de América del Sur. El crédito sigue avanzando a tasas elevadas, aunque con una tendencia a la moderación en algunos países, impulsado por políticas económicas centradas en potenciar la actividad interna y por los cambios estructurales llevados a cabo en los últimos años, que apoyan el crecimiento sostenible de gran parte de la región. Todo esto permite que los sistemas financieros de la zona presenten ratios de rentabilidad elevados y tasas de morosidad contenidas.
En cuanto a la trayectoria de las distintas divisas, se observa una depreciación generalizada frente al euro de los tipos de cambio en el trimestre, tanto finales como medios. Por tanto, el impacto de las monedas en la variación interanual de los estados financieros del Grupo es negativo en el trimestre y en el conjunto del ejercicio (especialmente por la devaluación del bolívar fuerte venezolano a principios de 2013). Con el objetivo de obtener una mejor comprensión del desempeño del negocio de América del Sur, salvo que se indique lo contrario, todos los comentarios a continuación sobre tasas de variación se refieren a tipos de cambio constantes.