Entorno macroeconómico
El crecimiento global reciente ha sido, en general, mayor al esperado por los analistas, pese a la tendencia de moderación de los últimos trimestres.
La actividad económica se ha beneficiado de la reducción de los precios energéticos, más rápida de lo previsto, tras el fuerte aumento observado después del inicio de la guerra en Ucrania, así como del proceso de normalización de las cadenas de suministro globales y del dinamismo de los mercados laborales, que han contribuido a la relativa fortaleza del consumo privado y del sector de servicios.
Los menores precios energéticos y las mejoras en los cuellos de botella de los procesos productivos han contribuido a una reducción de la inflación general que, en términos anuales, alcanzó el 3,0% en Estados Unidos y el 5,5% en la Eurozona en junio. Sin embargo, pese a la reciente ralentización de la inflación general, las medidas de inflación subyacente siguen sin mostrar mejoras significativas.
En este contexto de presiones inflacionarias todavía elevadas, los bancos centrales han continuado endureciendo las condiciones monetarias. Aunque la incertidumbre es alta, lo más probable es que los tipos de interés oficiales se sitúen en niveles altos, alrededor del 5,50% en Estados Unidos y del 4,50% la Eurozona, durante un período relativamente largo. Asimismo, se prevé que la reducción de los balances de los bancos centrales en ambas regiones, así como las recientes turbulencias en el sector bancario, contribuyan al proceso de endurecimiento de las condiciones monetarias.
BBVA Research prevé que el crecimiento mundial será del 2,9% en 2023 (10 puntos básicos por encima de la previsión anterior), tras haber alcanzado el 3,2% en 2022 y el 6,1% en 2021. Los datos recientes de actividad y la disipación de los choques de oferta favorecen una revisión al alza de las previsiones del PIB para 2023, hasta el 1,1% en Estados Unidos y el 0,8% en la Eurozona (respectivamente 30 y 20 puntos básicos más de lo anteriormente previsto), mientras que en China lo más probable es que el crecimiento este año sea del 5,7%, 50 puntos básicos por encima de la previsión anterior, principalmente debido al impacto positivo de la flexibilización de las políticas contra el COVID-19 al inicio de 2023 y a pesar de las recientes señales de moderación. Asimismo, pese las revisiones al alza, se mantienen las perspectivas de ralentización del crecimiento global, en un contexto en el que se espera que la volatilidad financiera siga siendo relativamente elevada y los tipos de interés y la inflación se mantengan en niveles más altos de lo previsto durante un periodo más largo.
La incertidumbre sigue siendo alta, y una serie de factores podrían determinar la materialización de escenarios más negativos que el previsto por BBVA Research. En particular, la persistencia de la inflación y de los tipos de interés en niveles elevados podrían generar una recesión profunda y generalizada, así como nuevos episodios de volatilidad financiera.